Piedras en las Vías Urinarias

La Urolitiasis ( piedras en las vías urinarias) es en los riñones, uréteres, vejiga, es un padecimiento frecuente que requiere atención y en ocasiones inmediata. El urólogo es el especialista en tratar ese padecimiento.

Existen litos ( piedras) de diferentes composiciones:

1. Oxalato cálcico:
Sal producida por la combinación de calcio y un ácido orgánico. Los cálculos de calcio son los más habituales. Tanto el oxalato como el calcio son compuestos corporales naturales y se eliminan por la orina. Allí, sometidos a una serie de procesos, entre los que se incluyen el beber líquido en poca cantidad o consumir un exceso de alimentos ricos en calcio, se combinan para producir pequeños cristales insolubles de oxalato cálcico, que luego se agregan y forman las denominadas "piedras" en el riñón.

2. Fosfato cálcico:
Sal formada por calcio y un ácido con fósforo. Bastante frecuentes, como los anteriores. El fosfato también es un componente habitual de la orina y del organismo. Mezcla de oxalato cálcico y fosfato cálcico.

3. Acido úrico:
Compuesto nitrogenado que se encuentra en la orina. Aparece en un 10 por ciento de los casos. El acido urico es un producto de desecho, consecuencia del metabolismo de ciertos alimentos, como las carnes rojas, las vísceras de animales o el alcohol, entre otros, que se elimina por la orina. Si la orina se vuelve ácida, puede formarse arenilla o cálculos de ácido úrico. Estos cálculos no se ven en las radiografías (porque no son radioopacos), por lo que para observarlos es necesario recurrir a la prueba de Urotac o ultrasonido.

4. Estruvita:
Compuesto formado por amonio (compuesto nitrogenado),magnesio y un ácido con fósforo. También se denomina piedra por infección, porque se forma sólo cuando la orina está infectada. Es el tipo de cálculo más peligroso de todos, incluso puede destruir el riñón en el que se asienta; además, no suelen causar cólicos como los demás y al paciente puede pasarle desapercibida la existencia de problema.

5. Cistina:
Compuesto producido por la rotura de proteinas. Aparece en la infancia si existen enfermedades asociadas con alteraciones del metabolismo de la cistina. El tamaño de los cálculos puede variar desde los muy pequeños (no se detectan a simple vista) hasta los de 2,5 centímetros de diámetro o más.

TRATAMIENTO NO QUIRÚRGICO Y FARMACOLÓGICO

Hidratación.
Se aconseja una ingesta de 2,5-3 litros al día consumidos de forma continua. Normalmente aguas con pH neutro. Las aguas carbonatadas que pueden ir bien para las litiasis de ácido úrico no estarían indicadas en las de calcio. También se aconsejan bebidas con frutos cítricos pues aportan magnesio y citrato que son sustancias inhibidoras de la cristalización de la orina. Se aconseja una diuresis diaria (cantidad de orina eliminada al día) de dos litros.

Alimentación.
Se aconseja una dieta equilibrada y rica en vegetales y fibra y la restricción del consumo de proteínas de origen animal, así como limitar la sal en la dieta. Se recomienda un consumo diario de calcio normal (1-1,2 g/día).

Estilo de vida.
Se recomienda evitar el sedentarismo y la obesidad(IMC: índice de masa corporal 18-25 kg/m2), controlar el estrés y evitar desequilibrios hídricos (sudoración excesiva por clima con elevadas temperaturas o secundaria a actividad deportiva o laboral intensa, etc.).

Tratamiento farmacológico

El tratamiento farmacológico está indicado en aquellos pacientes que tienen factores de alto riesgo o en aquellos en los que han fracasado las medidas generales.El objetivo es corregir las alteraciones en la composición de la orina y, así, evitar la formación de cálculos. El tratamiento farmacológico suele ser efectivo siempre y cuando el paciente siga de manera estricta las pautas de tratamiento prescritas por el profesional sanitario. Los medicamentos más utilizados son: tiazidas, citrato potásico, ortofosfato, magnesio y alopurinol.

Tiazidas (hidroclorotiazida) y seudotiazidas (indapamina).
Disminuyen la eliminación de calcio en orina en pacientes con hipercalciuria. Los efectos secundarios relacionados con esta medicación son la diabetes, gota, disfunción eréctil e hiperparatiroidismo normocalcémico (aumento de la proteína paratiroidea que hace que aumente el calcio).

Citrato alcalino (citrato sódico, citrato potásico).
Se usa para aumentar el citrato en orina en pacientes con bajo nivel de citrato. El citrato es un inhibidor del crecimiento y agregación de los cristales en la orina y forma complejos (uniones) con el calcio y fosfato disminuyendo estas sustancias en la orina. Además, aumenta el pH de la orina (alcaliniza). Otras sustancias alcalinizantes utilizadas son bicarbonato sódico y potásico.

Magnesio.
Inhibe el crecimiento de los cristales de fosfato cálcico y de la formación de cálculos de bruxita.

Alopurinol.
Disminuye los niveles de ácido úrico. En ocasiones, los cristales de ácido úrico son el núcleo a partir del cual se van a agregar cristales cálcicos para formar cálculos cálcicos. La tolerabilidad es buena y pueden aparecer efectos secundarios, pero a dosis altas.

Piridoxina (vitamina B6).
Indicada en pacientes con hiperoxaluria (aumento de oxalato en orina) primaria e idiopática junto con el ortofosfato.

Urophos-K (liberación lenta del fosfato de potasio).
Reduce la concentración de calcio en orina (hipocalciuria) y mantiene la masa ósea en pacientes con hipercalciuria (niveles altos de calcio en la orina) absortiva. Es bien tolerado.

D-penicilamina. Indicado en la cistinuria.
Favorece que la cistina se pueda disolver en orina y no forme cálculos. Es muy efectivo, pero tiene efectos secundarios importantes como síndrome nefrótico (exceso de proteínas en la orina), dermatitis y pancitopenia (disminución de glóbulos rojos, blancos y plaquetas). Por lo que se requiere de un seguimiento analítico con hemograma, urea, electrolitos y vitamina B6. Se acompaña de dosis de piridoxina para evitar carencia de vitamina b6.

Alfa-mercaptopropionil glicina (tiopronina).
Es similar a la D-penicilamina, pero con menos efectos secundarios y, también, menos eficaz.

Tratamiento quirúrgico

Existen diferentes técnicas para extraer los cálculos urinarios. La elección de una u otra depende del número, tamaño, localización y composición de los cálculos.

Litotricia extracorpórea con ondas de choque (LEOC), conocida antiguamente como "bañera".
Pueden tratarse cálculos renales de hasta dos centímetros de tamaño. Es más efectiva en cálculos localizados en el riñón, blandos y pacientes no obesos. Las complicaciones de este procedimiento son el acúmulo de fragmentos de cálculo que obstruyan el uréter durante su eliminación (calle litiásica), hematuria (orina en sangre) que suele ser leve, infección, hematoma renal (complicación severa).

Ureterorrenoscopia (URS).
Técnica quirúrgica que consiste en un acceso retrógrado desde la uretra hasta el uréter y el riñón para localizar el cálculo y destruirlo mediante energía láser. Pueden ser instrumentos semirrígidos (para tratar cálculos en uréter) o flexibles (para tratar cálculos renales). Las posibles complicaciones que pueden aparecer son lesión ureteral, estrechamiento del uréter, que quede un fragmento litiásico ureteral, infección, hematuria (orina en sangre), fiebre, etc.


Nefrolitotomía percutánea (NLP).
Técnica quirúrgica que consiste en una punción percutánea en la zona lumbar, por debajo de la duodécima costilla para acceder al interior de la cavidad renal, fragmentar el cálculo y extraerlo. Está indicada en cálculos renales de 2 o mayor a 2 cm centímetros de tamaño. Las posibles complicaciones son sangrado renal que requiere de embolización (para detenerlo se introduce por vía endovascular una sustancia en el punto de sangrado), hematoma renal, infección, resto de fragmentos residuales, urinoma (colección de orina extravasada (salida de orina del tracto urinario).



Cirugía laparoscópica y abierta. Se suelen emplear cuando han fracasado las técnicas anteriormente mencionadas. No supera el 5% de los tratamientos.